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MARCHASTE...

Actualizado: 3 dic 2020

"Marchaste... Casi me vuelvo loca, preguntándome que hice mal, consumiéndome en esa impotencia de lo que pudo ser y no fue, que se convirtió en la peor de mis torturas, hasta secarme por dentro. Y es que tu adiós me desequilibró. Una pringosa sonsera cayó sobre mis días. Me travestí en un insípido, colérico y anodino cadáver andante. El insomnio, o tú, tú o el insomnio -en definitiva, el huevo o la gallina- fueron culpables de que las ojeras fueran compañeras cotidianas del desayuno; del color neutro de mis días, de que desgana, agotamiento y crispación me anularan. Sólo quería llegar a casa y meterme a la cama y cerrar los ojos. Sin embargo, todas las noches, no olvidaba mi cita con Bob...


Puntual, a las 2 de la madrugada, me desvelaba, y sin hacer ruido para no despertar a Paula, me levantaba, cerraba la puerta de nuestra habitación, despacito, y me refugiaba en el cuartito donde tocabas, ese que estábamos insonorizando con cartones de huevos ¿recuerdas? Consciente que esos viajecitos nocturnos a los restos de mi propio naufragio rayaban el puro y duro masoquismo, y sin deseos de afrontar presentes, esnifaba un ayer repleto de recuerdos, algunos buenos, otros malos,.. eso sí, TODOS contigo: nuestra graduación, mis cumpleaños, los tuyos, mis cuentos, tus canciones, y Paula, la beba que tú insististe en buscar. NUNCA, cuando pensamos en la posibilidad de gestarla se me pasó por la cabeza que la criaría sin tenerte pegado a nosotras como una chiche. Ni en mis peores pesadillas, pensé que navegaría en esta soledad de la cual era incapaz de manejar.

En el estudio, tirada en el piso, entre restos de mi propio naufragio, cuatro tablas y metros de cables enmarañados, encontré mi hueco. en busca de dueño, con los mismos deseos que tenía yo de volver a formar parte de algo, de ser útil, encontré mi hueco. En su silencio distinguía, con una nitidez increíble, las voces de Julito, Mauricio, el Flaco, Jorge y la tuya, peleando, haciendo planes, riendo a carcajada. .El único que seguía conmigo , en casa, era un Bob Marley desafiante, fumando como un poseso, con esa mirada intensa, fuerte, de ser que viene de otro planeta, que pegaste en el muro para que presidiera sueños y proyectos, y cuando los abandonaste se negó a seguirte y formar parte de esa Europa que te empeñaste en conquistar .NO conseguiste despegarle, le hubieras roto, y se quedó como yo atrapado en el caos, convirtiéndose noche tras noche en mi confidente, mi único amigo. Tu dios, cuando el agotamiento me dejaba rendida, me pasaba la mano, repitiéndome hasta la saciedad “NO WOMAN NO CRIE” y permanecía a mi lado velándome el sueño. ..."

Fragmento de HUECOS _ Susana Monís








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