MI SUERTE SE NEGÓ A VIAJAR. Quedó en Madrid, COMO TODO LO MÍO. Y lo peor, es que la entendía...Si yo hubiera podido elegir, habría hecho lo mismo,
Facturé el equipaje mientras decía adiós a proyectos, al barrio, a Juan, a mis amigos... Adiós a un verano que pintaba bien, hasta que mi padre decidió intervenir. Y es que... Cuando a ese testarudo que tenía como progenitor se le metía algo entre ceja y ceja, sólo tocaba callar y acatar. Un espermatozoide canijo, único superviviente entre los muchos con los que ametralló literalmente el óvulo de mi madre; una birria de proyectil, le otorgaba el poder de decidir el futuro de mi hermano y el mío. Injustísimo!! Pero si él tenía la sartén por el mango, a mi, a mis 15, había que R E S P E T A R M E. Ya no era una niñita. Tenía obligaciones con casa y estudios, pero también criterio y vida propia... Yo había hecho mi parte y: aprobado el curso con nota, así que... ¿Algún premio tenía que darme la vida? Desde luego, no sentía como tal ese viaje sorpresa ¿Creían que iba a sentirme loca de contenta por separarme de mi novio y de mi gente.? Coger un avión solita para saltar el Charco y conocer a la family de mi padre costaba un pastón. De verdad que no les entendía... Con la falta que me hacía un buen ordenador y gastaban nuestros ahorros en "esto". Mi regalo de los QUINCE, me decían. No les entendía, al parecer, el dinero sobrara, o peor, yo molestaba...
Me dejaron como opción mostrarles mi disgusto, y lo hice con un portazo de los que duelen. Me encerré en mi "reino" mientras quemaba mi móvil buscando la solidaridad de los míos. Estuve semanas mal, sin digerir esa bomba que llegaba en el momento en que mejor estaba con Juan. Dos meses sin él era EL INFIERNO, De verdad que mis padres se habían pasado, y encima no entendían mi enfado. ¿Es que no habían tenido ellos mi edad? ¿Es que no habían querido hacer planes con sus gentes y pasar las vacaciones con su chico? Es que antes de hacer un gasto de esa envergadura no se les ocurría consultar?? así que para que sintieran mi dolor, dinamité el buen rollo de la casa con mis silencios, pero pasaron semanas y , cómo mi actitud no les había hecho moverse ni un ápice de su posición, cambié estrategia. y me volví la encantadora, mimosa hija que a ellos les gustaba. Y les rogué que me dejaranen Madrid, mientras les hacía esas carantoñas que tanto les gustaban.
Mi derroche de dramatismo no sirvió. NI por las buenas, NI por las malas conseguí quedarme, y aquí estoy, recién facturada rumbo a Cuba. Llegamos al control de emigración. Había que despedirse. De Juan lo había hecho la noche anterior. Me costó un mundo. No quise mezclar un adiós tierno y sentido con el de mis padres que buscaba fuera especialmente SECO. Mi objetivo: "desteñir" la tierna escena familiar que se supone que tocaba, Fui tan fría...
Bloquee besos y caricias con gesto hosco y mirada dura, esa que sabía que mi madre odiaba. A modo de muñeca de trapo, me dejé abrazar por mis progenitores, sin poner deseo alguno en la respuesta. Sólo achuché y planté un gran beso en sus gordos mofletes a Terminator, que me miraba sin saber si alegrarse por quedarse en casa sin mis pesadeces, o llorar por alejarse del único ser al que le aguantaba precisamente esa sarta de pesadeces. Marché sin mirar atrás, sabiendo que mi silencio dolía más que mis quejas, mientras dos lagrimones abrieron paso a los demás. Dios, que duro era eso de marchar sin ellos, ya no era sólo Juan, es que nunca me había separado de mis padres. Pasaba de la autocompasión a arrebatos contra quienes me parieron y me abandonaban en esta aventura que yo, por si alguien no estaba claro, repito, NO LA DESEABA. Mientras buscaba mi vuelo me llamó Juan y entonces me hice la dura, y le dije que me esperara, que ahora sólo soñaba con mi mayoría de edad, y un único objetivo, aguantar hasta cumplirla y marchar el mismo día que lo hiciera. Que no iban a verme el pelo en lo que les quedara de vida. Que me llevaría mis posters y mi almohada. En ese instante odiaba a los adultos. Tan metódicos. Tan pesados…. Odiaba sobre todo las excentricidades. de mi padre ¿¿Sería que a los cincuenta habían entrado en la "pitopausia" y la estaba pagando conmigo??
Aún no se como agradecer a mi padre aquel viaje, sin duda, EL MÁS IMPORTANTE DE MI VIDA....
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