Lucas no se lo podía creer. Jorge y Marsé se habían sumido en un alegre parloteo mientras dejaban atrás la sierra y se acercaba a esa maraña de contaminación, luces y cemento en la que Lidia había decidido vivir. El conducía sin prestarles atención y canturreaba contento, quizás algo nervioso. Todo había sido tan rápido... Acababa de llegar del trabajo y, en la casa, su ama estaba viendo el noticiero, cuando vió,. Allí estaba el rostro de Lidia ocupando toda la pantalla, como si de un cuadro se tratara. Subió el volumen. del aparato pero sólo llegó a oír los aplausos y el locutor dio paso a otra noticia. Los dos esperron pegados al televisor el resumen del telediario y por fin repitieron la noticia. Sonó el teléfono y, por supuesto que era Lidia. Después de reir y llorar con ella , con el corazón acelerado, bajó las escaleras de dos en dos y cruzó al bareto de la esquina, donde estaban los amigos para dar la noticia. Entró como loco, chillando:
- “A nuestra Lidia, a mi hermana, le acaban de conceder el premio Planeta. Lo han dicho en el noticiero”
La noticia despegó del bar y se extendió como la pólvora por todo el pueblo. Se filtró por las rendijas de las puertas, entre las rejas de las ventanas. Fue la noticia del año. Estaban tan orgullosos de ella. Nunca en el pueblo alguien había ganado un premio tan importante. Algunos lo comentaban como si le hubiera tocado la Lotería, pero era algo más de que eso y Lucas lo sabía. Le había visto vivir para escribir, siempre pegada a sus escritos. La vió llorar cuando padre quiso meterla en el negocio familiar a trabajar. Ella necesitaba tiempo y marchó a la capital a probar suerte. Su hermana apostó por sus sueños, luchó por ellos y su tesón daba ahora sus frutos. Moría por abrazarla. Estaba tan orgulloso....
Sucesión de Despedidas_Susana Monís
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