MADRE CORAJE...
Mi tesoro más preciado. A tus 85 años la mejor genética de la familia, con esa carcajada que el tiempo no ha conseguido desgastar.
Ni nosotras, ni, por supuesto, tus nietas, gozamos de esa fuerza tuya para aferrarte a la vida y ese instinto para manejarla en los momentos más crudos, marca de la casa.
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