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Foto del escritorSusana Monís

ATRAPADA POR LA HABANA

Nada más bajar del avión, dejé las cosas en el hotel y caminé por Rampa hacia el Malecón. Grupos de estudiantes; chavales que querían pescar; enamorados que querían gozar. Blancos, negros, amarillos, altos, bajos, gruesos, delgados, jóvenes, viejos... ya se encontraban allá



!¡Qué bulto de gente TAN DISPAR!!  -pensé - mientras, intentando no ser chismosa, fijaba mi mirada en calles y edificios.  


De un golpe comprendí delante de que personaje estaba y empecé a derramar tinta sobre el cuaderno, con furia como si en ello me fuera la vida. Apuntes que conformaron esta idea:


“…lo mejor y lo peor de La Habana es la propia esencia de su gente. La ciudad es el reflejo de sus secretos. Hasta sus orillas llegaron hombres de distintos colores, formas y tamaños. Distintas raíces se mezclaron y dieron a luz este pueblo, que bebió pluralidad en su crianza y El MESTIZAJE como su señal de identidad. La carga de luz, energía y vida que amamantaron a su ser, seguramente, fue la marca que Cuba les dejó de por siempre y de la cual se sienten orgullosos. Escandalosos, pasionales, sensuales, locos. Medida y mesura no son cualidades cubanas. Musicalidad, originalidad, búsqueda de creación y de estilo propio son su sentir. Viven de puertas a la calle y dejan sus miserias en el interior de sus viviendas…”

(Cuaderno de viajes,)


Pasaron meses, encontré casa y lo que pensé que era para unos días se convirtió en años. Todas las tardes, conforme bajaba el sol, acudía a mi cita con el Malecón. El mar agitaba mi mente. limpiaba y organizaba mis pensamientos y, mientras llenaba de tinta las páginas de mi bloc, entendí que era lo que a mie me había hecho amar La Habana, creo que lo resumí en estas frases:


El pueblo ha metamorfoseado las piedras de su ciudad. Avenidas, mansiones o edificios, esculpen miserias y fantasías. Cada uno de sus habitantes imprime su sello de identidad a esta urbe que se deja hacer. Todo el que pudo construyó una casa que compite en originalidad con las más cercanas. Se fueron fabricando con el deseo de sus propietarios de alzarse como el guapo de la cuadra, marcar estilo, destacar por encima del vecino. No existen dos edificaciones iguales. Se recrean en sus diferencias: formas variadas, colores diferentes, dispares tamaños, trazan una línea tan perfecta como decrépita por la falta de pintura. Estoy ante un pueblo especial, que consiguió algo inaudito: DE LA FUSIÓN, LA DIFERENCIA.

(Cuaderno de viajes,)


Mi cuaderno de viajes se convirtió en símbolo de vida. Lo llevaba a todas partes. Releía los pensamientos anotados, añadía nuevos. Al ir invadiendo sus páginas escuchaba sus risas, su curiosidad, sus guiños. Cuando tomó fuerza, se reajustaron mis relojes vitales. Las sentí AMIGA. Me fusionaba con sus piedras, su gente y, al regresar a casa, buscaba las notas que había tomado y me rebozaba en ellas. Moldeándolas, jugando con los personajes que se me mostraban de una forma tan fácil como sabrosa. ,me empapé de su realismo mágico mágico y empecé a disparar cuentos.....


La Magia de la Otra Cara del Mundo_ Susana Monís




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