Queriendo estirar el tiempo, levanté al amanecer y regresé a despedirnos del paraíso de Sofia.
Montamos en su viejo carro, y el sol, viendo nuestras intenciones, apareció entre las nubes y se agarró de nuestro parachoques para acompañarnos donde montaña y mar se fusionaban. Los habitantes de ese trozo de paraíso, sabiendo su suerte, se convirtieron en sus protectores. Los caminos que labraron se integraban en el paisaje donde solo existían construcciones pequeñas de colores vivos, barracas, que los pescadores montaron hace mucho tiempo y que debían de pasar de padres a hijos.
Disfrutaba del rugido del mar, de la luz, del mar, de su verde cuando mis ojos tropezaron con una placa oxidada vieja. en la que se leía.
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"Cojo vuelo con impulso rápido y fuerte. Contemplo por última vez este paisae y este mar que ya no podré ver nunca más ya que lo quieren urbanizar, no se porqué. Será porque nunca lo han visto desde aquí arriba. Lo recordaré como esta última vez: MARAVILLOSO.
Siento algo rodando sobre mi. Una pequeña lágrima, una pequeña espuma del verde y del azul de este SALVEM CASTELL.
En agradecimiento a todos los que están colaborando con SALVEM CASTELL (junio 1995)
Me sentí feliz. Por una vez DAVID había ganado a GOLIAT !! Los lugareños pusieron freno a las inmobiliarias. Es alucinante que haya que gritar y luchar porque unos pocos no destruyan el patrimonio de todos.
GRACIAS a esos muchos que alzaron su voz y pararon su destrucción. Como dice en la placa, está claro que quien lo hacía no subió a ver ese paisaje donde espuma verde y azul forman un todo tan perfecto.
CUIDEMOS LO NUESTRO, CUIDEMOS EL PLANETA.
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