Mi luto NO fue vestir de negro, sino,
quedarme SIN RISA
_Mario Benedetti
Mi mundo se redujo a casa y escuela. El grupo de muchachos era bueno y se convirtió en mi refugio, mi paz, pero, en la casa, desgana y apatía asfixiaban mi ánimo. Yo que siempre he sido luchadora, me sabía incapaz de enfrentar esta guerra. y jugaba al escondite con nuestros recuerdos, sin darte la oportunidad de asaltar mis pensamientos.
Cargaba la mente, voluntariamente, de pequeñas tareas. Tareas sin importancia como limpiar casa, hacer comida, corregir exámenes….Toda actividad poseía la misma función: paralizar mi sangre, volverme piedra. Curioso, porque fuiste tú quien me regalaste este arma, quien me enseñó lo importante de lo cotidiano, a amar el hoy y no dejar que el pasado nos haga infelices..
Y como no podías machacarme por el día, atacabas mis noches….El insomnio, o tú, tú o el insomnio -en definitiva, el huevo o la gallina- fueron culpables de que las ojeras fueran compañeras cotidianas del desayuno; del color neutro de mis días, de que desgana, agotamiento y crispación anularan mi magia, esa que siempre prometiste proteger. Ni siquiera pude refugiarme en escribir. Me sequé yo y se secó mi tinta. Ni siquiera podía con Paula … Como era de prever, mamá Carmen y tía Clara asumieron. Ellas tomaron las riendas de la situación y consiguieron que, por lo menos, las risas de la beba no se apagaran.
fragmento de HUECOS_Susana Monís
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